Cualquier animal, ayuda a mejorar la salud, a recuperarse de una cirugía e, incluso, a superar la pérdida de un ser querido.
Distintos estudios muestran que las familias que tienen una están, por lo general, más unidas y tienen menos conflictos que aquellas que no cuentan con un animal en la casa.
En el caso de las personas mayores que viven solas, son una compañía muy valiosa, en especial para prevenir enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer. Casi cualquier animal, desde una tortuga hasta un pez, contribuye a acelerar el proceso de recuperación tras una intervención quirúrgica o la pérdida de un ser querido. Es con base en este principio que se creó la zooterapia (o tratamiento de enfermedades con la ayuda de animales). Delfines y leones marinos, y burros y caballos, además de perros, son algunos de los animales más utilizados para tratar graves trastornos de desarrollo físico y mental, en especial en los niños, que controlan menos que los adultos la expresión de emociones e impulsos y tienen, por ello, más facilidad para establecer comunicación con los animales. Los beneficios de estos tratamientos son cada vez más evidentes. El contacto con los animales, con los cuales es posible crear relaciones interactivas, genera sentimientos de felicidad y calma.
