CAMELA desapareció

No es la primera vez que ocurre, cuando hay cambio de escuadrón de policías en los CAI, los perros que viven allí extrañamente desaparecen sin dejar rastro. Y cuando se les pregunta a los uniformados, ellos nunca saben nada, como si no estuvieran allí las 24 horas del día y la noche. Y uno se pregunta, cómo confiar en estas personas que supuestamente están allí para salvaguardar nuestras vidas, nuestra integridad, para prestar apoyo cuando los ciudadanos lo requieran, cómo confiar, si ellos mismos con su actitud dejan tantas dudas, si repiten incoherencias que hasta un niño de diez años percibiría, si la mentira les brilla en los ojos, y sobre todo, cómo confiar si han sido capaces de desaparecer (quién sabe de qué forma) a un animal cuyo único hogar era ese, y no era culpable sino de ser fiel, leal, y de confiar en los humanos? Y qué hacer si no existen leyes contra la desaparición forzada de animales? denunciar, sabiendo que jamás habrá respuesta, porque un animal, en esta sociedad estéril de afecto hacia los otros, no existe. Cuántas veces he visto pasar a la gente indiferente frente al hambre, el dolor de una herida abierta, o la antesala de la muerte de uno de ellos? hecho el ejercicio, muchas, incontables. No soy parte de ese cúmulo, como sé que tampoco lo son las personas de las que me he rodeado. Tristes son las historias de los abandonados en las calles, tristes son las vidas de quienes conforman la base de los seres indefensos, como los animales, contra quienes más se ensañan los cobardes. Denuncio, porque no tengo más armas. Elkin, quien vive en el Park way, conmovido por la historia de Camela hizo este poster que comparto con ustedes, habrá algo más que hacer? sí, cambiar los corazones, las mentes, los sentimientos, las costumbres, de los que piensan que hay otros seres que no tienen derechos, o buscar otro mundo para vivir en paz.