El caso, que se conoció en la urbanización Villa de Santa Cruz, en el suroriente de la cuidad, ha despertado posiciones encontrados entre los habitantes de este sector.
Los animales amanecieron muertos en la mañana del miércoles en varios sectores de esta urbanización, que tiene menos de cuatro años de construida y avanza por etapas.
En esta zona, considerada como la de mayor expansión urbanística de la ciudad, se encuentran unas seis urbanizaciones nuevas, mientras que se construyen otros proyectos habitacionales de estrato tres.
"Fueron envenenadas por algún vecino que quiso ponerle fin a la cantidad de perros callejeros que hay en el barrio, y que justamente son hijos de estas perras", dijo un vecino que no quiso ser identificado.
De esta acción se salvaron otros cuatro canes que al parecer también probaron el alimento envenenado.
Un grupo de habitantes al verlos en mal estado alcanzó a ayudarlos dándoles leche para contrarrestar el efecto de la intoxicación. Hasta el momento se recuperan.
Las perras muertas eran conocidas con los nombres de Tola, La Mona, Princesa, Muñeca y La Rusa.
Todas estaban en 'calor', lo cual había alborotado el ambiente canino en las cuadras de Villas de Santa Cruz, ya que los perros del barrio y de otros sectores las perseguían día y noche para aparearse, provocando peleas que alteraban la tranquilidad.
La situación no pasó inadvertida para algunos vecinos, y en algunos casos fue objeto de discusiones internas por la forma continua en que las perras daban a luz cachorros que entraban a engrosar el número de animales callejeros en esta zona.
Estos animales fueron traídos al vecindario, al igual que otros que deambula por este sector, por los obreros de la firma constructora de la urbanización, y una vez terminado el barrio se quedaron a vivir allí siendo alimentadas con desperdicios por algunos vecinos.
Sin embargo, el envenenamiento de los animales provocó malestar entre algunos de los habitantes de Villa de Santa Cruz, que reprobó la acción, considerando que estos perros callejeros contribuyen a cuidar el barrio de los delincuentes y de bichos que salen de los lotes baldíos de la zona.
"Mire no más el ejemplo de Medellín donde van por las calles esterilizando a los perros callejeros, pero no sacrificándolos", subrayó Luis Gómez, un pensionado del barrio que se mostró molesto por la muerte cruel de estos animales.
SANTA MARTA
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