Foto: Andrés García
La veedora de mascotas Sara Sánchez lucha por sacar adelante aninales con limitaciones físicas.
"Los animales son seres maravillosos, especiales y más inteligentes de lo que podemos percibir". De esta manera Sara Sánchez Hernández, una bogotana de 38 años, describe a sus consentidas mascotas.
No en vano su más reciente satisfacción personal y profesional la tuvo con la impresionante recuperación de Nazir, un perro callejero que fue atropellado por un bus y al que se vio en la necesidad de amputarle una pierna para salvarle la vida.
Y aunque esta médica veterinaria, egresada de la U.D.C.A. y con numerosos estudios en diversos tipos de medicinas alternativas, sin dudarlo pone todos sus conocimientos y mejores esfuerzos por la recuperación de sus perros y gatos, no siempre las cosas salen bien.
A los 11 años de edad, Sara Sánchez Hernández comenzó su oficio como criadora de gatos siameses; pese a su corta edad, ya tenía una definida vocación por la protección de los animales.
Sin embargo, fue hace poco más de 12 años y gracias a Rex, un perro alemán cruzado con Akita, con el que inició su refugio de animales lastimados, con defectos o deformaciones.
"Comencé adoptando animales heridos en la calle porque son los que más cuidado requieren y también porque son los que más difícilmente serán acogidos en otras casas", agregó la médica veterinaria.
Su trabajo consiste en rescatarlos de las calles, rehabilitarlos, ayudarlos a que aprendan a vivir con su discapacidad y encontrarles un nuevo hogar donde les den el trato y el cariño que se merecen.
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